martes, 27 de diciembre de 2016

2016

No soy de la gente que hace balances y se pone objetivos, nunca consideré que un cambio en el calendario sea para tanto, si no puedo comprometerme con lo que deseo un martes de agosto, por qué lo haría en año nuevo? 
Pero bueno, este fin de año me encuentra un poco abajo y cuando uno está así es muy fácil ver todo lo malo. Es por eso que necesito hacer un balance que me muestre que no todo el 2016 fue así, que por el contrario, fue uno de los mejores años de mi vida. 
Descubrí como solucionar un problema de salud que traigo hace años, eso me cambió la vida por completo. Me comprometió conmigo misma, hizo que mi fuerza de voluntad sea la única responsable por mi bienestar desde ahora y para siempre. Hizo que venere tanto sentirme bien que yo sola soy capaz de no descuidar mi salud ni un momento, de por vida. Pero es que no te das una idea de lo mal que estás, hasta que estás bien.
Este año también dejé de lado enojos y distanciamientos que estaban ahí desde toda la vida, o al menos así parecía. Pude acercarme y reconstruir relaciones que no sabía lo que extrañaba. También solté muchas relaciones que ya no me hacían bien y creo que eso es igual de importante. Y lo hermoso de esto es haberlo hecho al lado de la gente que amo y que me acompaña, mantener las relaciones buenas y fortificarlas hace que todo desafío sea más ameno.
Renuncié a un trabajo que no disfrutaba y padecía hacer y me animé a salir sola a buscar lo que deseo. Esto es tal vez lo que más me hace tambalear ahora, la inestabilidad y la dificultad que se me presenta, pero bajo ninguna instancia me arrepiento. Estoy convencida de que tomé la decisión correcta, porque nadie en el mundo puede ser feliz odiando lo que hace todos los días. Es ahora cuando más trabajo y lo hago con pasión y alegría, porque cada peso es el resultado de haber dado todo.
Escribo esto para no olvidarme de que en realidad este año fue enorme para mi.

jueves, 4 de agosto de 2016

Personas

"Cuida a tus amigos porque la pareja va y viene pero los amigos quedan", saben que? No, no comparto. Los amigos y las parejas son personas, todas las personas (incluso la familia) son protagonistas de nuestra vida por capitulos, no son permanentes. Ninguna persona lo es. Y no lo digo porque somos finitos, lo digo porque cumplimos un rol para la gente. No es que usamos a la gente conscientemente, es que realmente nos acercamos a la gente que nos hace bien. Nos encariñamos con la gente que nos da un bien, sea lo que sea. Y a veces dejamos de necesitar eso, no es que dejamos de querer a esa persona, pero ya no nos hace falta eso que la persona tiene para nosotros y nos distanciamos. A veces esto genera una pelea, porque el otro si necesita de lo que le damos. Otras veces es mutuo, y el distaciamiento no es percibido hasta mucho tiempo después. No implica un fin de la relación, no implica no querer ver al otro en la vida, ni mucho menos disminución de cariño. Significa que no es vital para vos en este momento, y esta bien que no lo sea. Cumplimos un rol con esa persona, nos enriqueció y avanzamos. 
Quitemosle el dramatismo a esto, no perdamos tiempo. Avancemos. Sigamos cumpliendo roles.

viernes, 10 de junio de 2016

Diez años


Yo tendría unos 12 años y un día, cuando llegué de gimnasia con unas compañeras, mi abuela, luego de que las chicas se hayan ido, me preguntó si mis compañeritas eran repetidoras "porque son muy grandotas". Yo siempre medí 10 cm menos que el mundo (por lo menos), pero mi abuela creía que la media de la estatura de una nena de 12 años era la mía, ella no me veía petiza, yo era perfecta y esas nenas no. 
Este recuerdo me hizo llorar anoche porque me di cuenta el tiempo que pasó. Lo chiquita que era yo cuando se fue, la poca y mucha dimensión que pude darle a su enfermedad y al después. No se si llegué a llorarla lo suficiente. Tal vez por eso la lloro ahora.
Pasaron diez años, su hija más chica, mi tía, está cumpliendo años y este detalle fue el que me trajo todo a la mente. Mi tía tenía 30 años, está cumpliendo 40. 40 años. Nos llevamos 17, pero siempre la vi chica, calculo que porque mi padre la veía chica. 40 años me parece tan lejano que mi tía no puede tenerlos. Pero si, los tiene. Y si, pasaron diez años desde que la abuela murió.  
Y yo ya soy adulta. Y la sigo buscando en cada señora que me hable de como funciona mi cuerpo y mi mente en equilibrio, que me cante un tango con cada frase que yo diga y me cocine batatas y sanguchitos de tomate, que sea vegetariana, que crea que yo soy una niña índigo, que me vea perfecta.
Pasaron diez años y ya no frecuento su casa, la familia ya no es la misma, somos más y estamos más lejos. Y no está mal, crecemos, cambiamos, no somos los mismos. Pero las ganas de quedarme a dormir una vez más en lo de la abuela no me las saca nadie.




sábado, 9 de abril de 2016

Llorar

Estoy llorando pero nadie me está viendo. Es que no estoy llorando físicamente, no hay lagrimas en mis ojos, mi cara está inmutada, ni siquiera es que parezco triste, ni enojada, solo estoy con la cara sin sentimientos. Pero no dejo de llorar, lloro y lloro, adonde caen las lagrimas? No lo llego a ver, están para adentro o se esfuman, no lo se. Quisiera llorar como Alicia cuando inunda la habitación y crea un charco de lágrimas, que se note mi congoja y alguien venga a decirme que todo va a estar bien. Pero no se me nota y las lágrimas igual caen, caen adentro, se acumulan. Caen con fuerza y dejan marcas, algunas abollan, las marcas se convierten en agujeritos a la larga, porque nunca deja de gotear.
Si tan solo pudiese llorar con lágrimas y que todos me viesen, la gente se daría cuenta y me creería. Los daños internos no se pueden mostrar, pero duran más.
Alberto Soloaviv

jueves, 7 de abril de 2016

La sopa

La sopa. Mafalda me va a odiar por esto. Pero la sopa siempre fue un mimo, mamá me la hacía cuando estaba enferma, cuando hacía frío, o capaz solamente cuando quería hacer algo rápido. Pero para mi era un mimo, sentarme frente a un bowl calentito es reconfortate. Cura las nanas. 
Hoy me surgió una imperiosa necesidad de una sopa. No es por el resfrío, aunque ahora que lo pienso el resfrío podría ser un síntoma más. Es por la tristeza. Ahí tirada otra vez, Azul. Siento que esto fue un período de felicidad, una burbuja, una mentira. Que nunca salí realmente. ¿Es posible?