miércoles, 26 de febrero de 2014

Dormir

Tocó a la puerta, y.. No, no tocó a la puerta, directamente lo oí girar la cerradura y entrar. Yo estaba en la cama, boca abajo (como siempre) intentando dormir. Pero lo oí claro porque no podía dormir (como siempre): él entró a casa con las llaves. 
Reconocí su caminar de inmediato. La habitación tomó ese aroma inconfundible y lo esparció, lo dejó impregnado en el aire, en las cortinas, las hojas que están en la mesita de luz, las llaves y el cable del teléfono. Todo con su olor. Magnifico y flagelante.
Se me erizó la piel casi por inercia, como un efecto automático, como si mi piel se haya acostumbrado a sentir eso y su reacción por default sea siempre la misma. Hay gente que es alérgica y cuando son expuestos al causante, automáticamente reaccionan. Así me pasó a mi. Automáticamente mi piel supo que hacer: se erizó, como tantas veces. 
Lo sentí a mi lado, sentado en mi cama. Sentí el peso de su cuerpo en mi colchón, su aroma más y más fuerte. Mi corazón latía cada vez con más intensidad, recordaba aquellas noches en que él, dueño de los sueños, amo y mentor de pesadillas, gobernador en el subconsciente, deleitaba a sus súbditos con su presencia. 
Era él, indefectiblemente. Venía otra vez, el rey de mis monstruos, porque se enteró que baje la guardia una vez más.
Me lo temía, ya había visto a Oscar, el pequeño duende autor de los sueños en donde mi abuela ya no está. Y a Rosana, una hermosa cronopio que se dedicaba a escribir el guión de mis sueños en donde yo ya no soy yo.
Era de esperarse que él llegara pronto, había bajado los brazos y él solo puede entrar en momentos de debilidad. 
Su efecto no fue tan terrible esta vez, sólo me mostró lo que me esperaba en las futuras noches: eras vos, pero ya no eras vos, te habías convertido en él.

domingo, 16 de febrero de 2014

Casi siempre todo bien

Luchaste tanto por revertir la situación, no querías que nada cambie, lo deseaste desde lo más profundo de tu ser (porque un día te dijeron que si realmente lo deseas con fuerza, sucede) y te encontrás con que no pudiste. 
Tu miedo más grande, ese que viene a atemorizarte en sueños, está acá, vivo, frente a vos. Y vos te hiciste la dura, seguiste como si nada, rechazando lo que estaba pasando. Llorabas y mirabas al monstruo de costado, pero demostrando fortaleza, convenciéndote de que ese bicho no está, no existe.
Pero no, un día te das cuenta que por más que lo niegues, él está ahí, esperando que lo enfrentes. Vos ya no tenes fuerzas ni ganas de luchar contra él. Así que simplemente te entregás. A él, a sufrir, a pasar por eso que tanto te asusta, cerrás los ojos, tranquila, resignada, sin más nada que perder. En el fondo sabés que entregándote así es la forma en que más sana salís. Así que simplemente lo haces, bajas la guardia, dejas al monstruo entrar y dejas que el proceso suceda.

jueves, 13 de febrero de 2014

Abrazos

No existe colchón más cómodo, ni manta más calentita, ni sabana más suave, ni almohada más esponjosa que un abrazo.
Me quiero ir a vivir a un abrazo, de esos que me acobijan como si valiera mi peso en oro.
En un abrazo tengo colchón donde dormir. Tengo manta para no pasar frío. Si tengo hambre puedo comer a besos tu piel. Abrazados podemos saciar la necesidad de pensar la vida. Tengo un paraguas que me protege de la lluvia en forma de caricias, y cuando las caricias no alcanzan a tapar las gotas, no importa, porque podemos chapotear abrazados.
No necesito más. Viviendo en un abrazo no tengo carencias, no necesito nada.

miércoles, 12 de febrero de 2014

We must enjoy the love

Son hermosos los zapatos nuevos. Ya me doy vergüenza, con solo ver la foto de tus pies ya te quiero.
No quiero no estar cuando estés mal. Pero que mierda me hace hablar de estar mal. Mejor hablemos de trabajo y tomemos fernet.
Sabía que te iba a gustar la parrillita que te pasé. Me gusta que charlemos, lo que no me gusta es pensar que efecto tiene eso. Todo es causa y consecuencia, no se si se cuál es la consecuencia que me toca. Pero se que me gusta charlar del trabajo, de los amigos, de películas, faso, y fernet. Juntarnos el domingo o el sabado o el miercoles, pero juntarnos y cocinar las milanesas que compré porque te gustan. 
No me gusta despertarme al lado tuyo, ya no. 
Ni todo lo que pasa cuando pasan estas cosas. 
Me haría mal que te reprimas las ganas de decirme algo.
Me hace mal pensar en lo que suceda después. 
We must enjoyQUE YO QUE SE QUÉ COSAS.
No, no quiero que te vayas. Pero no quiero que te vayas nunca, así que andáte ahora.

Brunella - Soap Opera

lunes, 3 de febrero de 2014

No ser

Me enoja que estés acá, que te hayas ido, que hayas vuelto. Que me hables, que no me hables. Que me trates bien, o mal. O que simplemente tengas trato, pero me enojaría mucho que no lo tengas.
Me enoja la paz en tu voz. Me enoja prestar atención en el trabajo para no encontrarte, y prestar el doble para encontrarte. Que no estés a la salida, y si estas también.
Me enoja todo lo que se relaciona con vos, me enoja desde que ya no somos dos. Desde que dejamos de ser. 
Me enoja, me enoja.. Que existas, o que no me enojaría lo mismo.
Desde que nos resignamos a pensar en una mismo, a llegar a casa solos y cocinar para uno, pero tomar para dos. A mirar la lluvia solos. A buscar el consuelo en libros viejos y películas desconocidas, o hacer lo que sea para dejar de atormentarnos. 
Que locura, que locura es no ser.